domingo, febrero 12, 2012

Mañana, hoy estoy fatal, a ti nadie te grita

Y cuando casi había conseguido una distancia de seguridad, llegó el equivalente emocional al Crack del 29. Me da que pensar el no poder volver atrás, ahora que me quedó claro que no vas a devolver todo aquello que de manera altruista te presté, y cómo no das esfuerzos para pensar, tampoco daré motivos con los que seguir abordando, cosa que ya ni haces. Es más que patente que mis ganas de trabajar han quedado reducidas a una jornada intensiva puntual, y desde luego me niego a tener que llegar a una huelga a la japonesa, cosa que por experiencia, sirve a corto plazo, fíjate que irónico todo. Que los vientos no traigan siempre un nudo en la garganta, cito textualmente a cierto cantante, pero define. Que para estos casos siempre viene mejor observar con la perspectiva impersonal de la no autoría. Todos tus pasos fueron mis alas, los huecos en la arena en los que me resguardaba para no quemarme los pies, sabía que pisaba sobre seguro. Pero te quedaste atrás hace mucho y por más que te lanzo mis señales de humo transparentes pareces esquivarlas en un absurdo ejercicio de kapoeira. Ala, esto es bueno para todos, las clases sociales perviven aún hoy en día y no se rigen por el dinero, sino por la valía, y en un ejercicio de amor propio infinito, tú estás abajo.


1 comentario:

  1. un ataque siempre es la mejor defensa dicen... al principio no lo parecía pero las últimas frases son como dardos... quizá sirvan solo como somnífero o quizá como una picadura de mosquito, pequeña pero efectiva para llamar nuestra atención.

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