viernes, diciembre 09, 2011

Cosas que piensas mientras no piensas en nada

Ojalá fueses pequeña. Ojalá alguien te hubiese dejado como un regalo en una cesta de madera, para mí, para que pudiese haberte cuidado mucho tiempo, para que me hubieses necesitado vitalmente. Me encantaría haber podido besar tu mejilla rosácea, ver como entrecierras los ojos si te cuento una historia y estás cansada por hoy de jugar. Haberte llevado de la mano por la calle, cuando todo hubiese sido sorprendente para tí. Porque a día de hoy, no encuentro pieles blandas a las que besar ni achuchar. De un tiempo a aquí, todo el mundo está teniendo la piel muy dura, muy áspera, las barbas están creciendo y las manos se están volviendo resquebrajadas de frío y esfuerzos. Sí, pequeña, me estoy convirtiendo en un llorón, de esos que balbucean cuando ven una historia bonita sobre trasplantes en la tele.

No hay comentarios:

Publicar un comentario