miércoles, septiembre 21, 2011

Conclusiones tardías o decisiones aletargadas.

Me gustan tus ojos cuando te ríes. Me gusta la forma en que puedo ver tus dientes cuando lo haces. Me gusta caminar detrás tuyo sabiendo que no sabes que estoy aquí, y ver cómo actúas ante el mundo. Me gusta saber que me echas de menos aunque no lo demuestres. Me gusta ver cómo te colocas la ropa, tan despreocupada. Me gusta la libertad con la que te atas los cordones de tus Converse. Me encantan tus labios rojos y tus paletas que tímidamente asoman. Me gusta cuando te levantas la camiseta sin querer, y puedo ver una parte más humana e íntima. Me gusta que no te peines si has girado la cabeza muy rápido, me encanta ver ese precioso pelo alborotado. Me encanta tu cara cuando fumas un cigarrillo y entrecierras los ojos suavemente. Me gusta cómo hueles, y que ese olor me haga pararme, cerrar los ojos y realmente darme cuenta de que sigo en el mundo aunque todo me indique que no. Me gusta que no me eches cuentas, que hagas como que no estoy, aunque sé que estás feliz de estar conmigo. Me gusta conocer más de ti. Conocer a tus amigas y amigos. Me gusta saber de dónde vienes y saber a dónde vas. Aunque la incertidumbre a veces es excitante. Me gusta verte en fotos mucho antes de conocerte. Me gusta verte sonreír en las fotos cuando no estás conmigo. Me gusta verte sonreír en las fotos, en la calle, en mi cama, en tu portal, fuera de una fiesta, o dentro, haciendo planes, hablando por teléfono, viendo fotos antiguas, soñando con lugares a los que iríamos juntos. Me gusta tocarte, rozarte. Sin querer más aún. Ese encuentro fortuito. Eso, me encanta. Me encanta. Me encanta. Me encantó... Ahora ya, nada de esto significa nada. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario