viernes, septiembre 30, 2011

¿Cómo voy a querer morir para quedarme sin ti?

Echaba de menos el olor a cachimba en el salón. Las noches eternas en la calle con finales tan dispares como estrellas en el universo. Echaba de menos sentir la libertad de fumar un cigarrillo sin que nadie caiga en la cuenta de quien eres, pasear por Recogidas de tiendas con amigos, o solo. El olor a castaña asada en la puerta de una gran superficie. El perderme por los callejones eternos. El sentir la verdadera amistad y el puro éxtasis cuando estás en algún sitio y escuchas música que te gusta. Echaba de menos Granada.

domingo, septiembre 25, 2011

Declaración de inferiores.

No me imagino hacerlo de otra manera. Descubrir a personas que cambian estando en un lugar o en otro, en un momento o en otro. Resulta difícil asimilar una situación que ocurra sin pensarla, que no esté prevista y que joda tus previsiones que ya habíamos hecho. ¿Es ése el problema? Por la noche todo es puntiagudo y doloroso. Hiriente, destructivo. Todos esperamos. Pero pronto llega la mañana, todos nos vemos las caras, y todo se suaviza. Se suaviza y dejamos de sentir. Porque vemos todo y controlamos. Y ya no tenemos miedo. Lo malo y lo bueno, todo se potencia cuando no tienes el control, cuando te sientes superado, y, por qué no decirlo, inferior. Y ahí es donde se ven las carencias.

miércoles, septiembre 21, 2011

Conclusiones tardías o decisiones aletargadas.

Me gustan tus ojos cuando te ríes. Me gusta la forma en que puedo ver tus dientes cuando lo haces. Me gusta caminar detrás tuyo sabiendo que no sabes que estoy aquí, y ver cómo actúas ante el mundo. Me gusta saber que me echas de menos aunque no lo demuestres. Me gusta ver cómo te colocas la ropa, tan despreocupada. Me gusta la libertad con la que te atas los cordones de tus Converse. Me encantan tus labios rojos y tus paletas que tímidamente asoman. Me gusta cuando te levantas la camiseta sin querer, y puedo ver una parte más humana e íntima. Me gusta que no te peines si has girado la cabeza muy rápido, me encanta ver ese precioso pelo alborotado. Me encanta tu cara cuando fumas un cigarrillo y entrecierras los ojos suavemente. Me gusta cómo hueles, y que ese olor me haga pararme, cerrar los ojos y realmente darme cuenta de que sigo en el mundo aunque todo me indique que no. Me gusta que no me eches cuentas, que hagas como que no estoy, aunque sé que estás feliz de estar conmigo. Me gusta conocer más de ti. Conocer a tus amigas y amigos. Me gusta saber de dónde vienes y saber a dónde vas. Aunque la incertidumbre a veces es excitante. Me gusta verte en fotos mucho antes de conocerte. Me gusta verte sonreír en las fotos cuando no estás conmigo. Me gusta verte sonreír en las fotos, en la calle, en mi cama, en tu portal, fuera de una fiesta, o dentro, haciendo planes, hablando por teléfono, viendo fotos antiguas, soñando con lugares a los que iríamos juntos. Me gusta tocarte, rozarte. Sin querer más aún. Ese encuentro fortuito. Eso, me encanta. Me encanta. Me encanta. Me encantó... Ahora ya, nada de esto significa nada. 


viernes, septiembre 16, 2011

Si no puedes con el enemigo (,,)

No controlar las emociones no es bueno. Tampoco está bien hacer muchos planes sobre las cosas que tienes que decir al hablar con esta persona o con la otra. Pero al menos eso te permite controlarte a ti mismo. Pensar que todo está under control . Pero vaya, que no. Es un rollo tener el corazón tan cerca de la boca, y que de unos pálpitos tan fuertes haga brotar de tus labios las palabras equivocadas que hagan tener asimismo una imagen errónea de tí. ¿Pero qué digo? No son términos erróneos. Son más bien demasiado verdad para nosotros. Ya que, por mucho que lo evitemos, vivimos protegidos por nuestras mentiras. En estos momentos de debilidad te sientes tan desnudo porque tu estado original no es este, sino el de estar acogido por tus propias dubilaciones que has ido creando tiempo atrás hasta hoy. Es un asco, pero qué más da. Qué más da lo que piense nadie. No puedes protegerte de que piensen nada de tí. Si ni tú mismo eres consciente de qué pensar.

miércoles, septiembre 07, 2011

Wyou Ego.

No es tán difícil. Pensar que todo lo que se va vuelve. Que si te has esforzado, las personas se tornarán delante tuya para abrirte camino. Y pensar, lo estás consiguiendo, estás escalando, lo estás haciendo bien. No hay mejor sensación. Quizá precipitadamente dicho, pero no anticipadamente pensado. Realmente merece la pena mirarte, y sonreírte. Decir aquí estoy yo, capaz de ser sagaz, perspicaz, atento, amable, capaz. La palabra es capaz. Ver que puedes, que no tienes límites. Todo aún está abierto. Y dar gracias a todos los que te dieron golpes y han hecho que hoy estés pletórico. Y suplir las deficiencias aún existentes con grandes dosis de carisma. Y sentir que eres uno más. Uno más, sí, pero de los mejores.