Mira que atontáo sigo siendo, haciéndote palmas a la mínima, pero me ponen tan contento (y otras cosas) los gestos leves que podría hacer muchas locuras y esperarte durante seis horas o más. Espero llegar a veros porque sois la misma puñetera persona que espero nunca esté junta. Ya volveré y me enfrentaré a tantos dragones castellanos, la incertidumbre me hará daño, y me beneficiará como consecuencia. La bipolaridad es la religión involuntaria del siglo XXI, ya lo supe.
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