No entiendo por qué me catalogas de perrito faldero. En qué momento de nuestra relación hemos establecido que eras tú quién hacía y yo asentía. Desde un tiempo a aquí vengo necesitando evadirme pero resulta que mis vías de escape están de cal hasta las cejas. La consideración ha pasado a otra habitación junto con el respeto, por lo que veo. Con esos ojitos medianos, pidiéndome un beso. Estoy cansado del rojo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario