De nicotina hasta las cejas, pero sin frío al menos. Se ve que la cabeza trabaja tanto que mi cuerpo se mantiene caliente. A los pies ya ni le pesa andar. Rojitas las orejas de vergüenza un día más, cómo diría Fito, y con la cabeza baja. Cuando te entregas mucho a alguien, involuntariamente le das control sobre tus actos y emociones parece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario